Unidad, más allá de la dualidad

Una pregunta fundamental del Ser
Dice el siguiente párrafo que hace referencia a la tradición de los Q’ero. Los llamados “últimos Incas”, hombres de conocimiento de la tradición sud americana del altiplano andino (comúnmente denominados, aunque de manera errónea, chamanes o shamanes en referencia a sus correspondientes del chakra Indo-Tibetano).  Guardianes de la profecía del Gran Cambio (Pachacuti o Pachacútec del quechua: Pacha Kutiy Inqa Yupanki, hijo de Wiracocha), que restablecerá la armonía en cada individuo y con ello a nivel planetario.
“Los nuevos guardianes de la tierra vendrán de occidente, y aquellos que han causado un mayor impacto en la Madre Tierra tienen ahora la responsabilidad moral de rehacer su relación con Ella, después de rehacerse a sí mismos”, dijo Don Antonio Morales, un maestro chamán Q’ero. La profecía sostiene que Norteamérica proporcionará la fortaleza física, o cuerpo; Europa proporcionará el aspecto mental, o cabeza; y el corazón lo proporcionará Sudamérica
Por otro lado el siguiente párrafo asociado a la misma tradición nos dice:
“Los Q’ero creen que las puertas entre los mundos se están abriendo otra vez – agujeros en el tiempo que podemos atravesar e ir más lejos, donde podemos explorar nuestras capacidades humanas. Recobrar nuestra naturaleza luminosa es hoy una posibilidad para todos aquellos que se atrevan a dar el salto.”
Los dos anteriores párrafos sintetizan lo que ha sido mi más profunda dualidad existencial, por años. Una dualidad fundamental ¿Acaso las más trascendente que puede enfrenar todo ser en la realidad ilusoria de separación que conforma este plano material (planeta)?

¿Quedarse y ser guardián de la nueva Tierra o  irse?
La anterior encrucijada, tan solo la he podido compartir con muy muy pocos seres. La mayoría fuera de esta dimensión y otros, muy pocos, encarnados.
Entre los primeros Adaesuz, un ser de Andrómeda quien se hizo presente en mi vida, alrededor de la segunda década de los 90s, cuando yo aún trabajaba en el desarrollo de instrumentación para investigación en astrofísica en el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (U.N.A.M.). Sería hasta muchos años después, cuando por su intermediación me serían entregados, por materialización, dos textos titulados “La fuerza vital del cielo anterior” y “El Prototipo” de Jacobo Grinberg donde, por medio de indicaciones del propio Adaesuz, empezaría a comprender un poco más y a confirmar sus revelaciones entregadas años atrás sobre su historia en esta dimensión antes de su desaparición atravesando un portal dimensional.
Un intermedio entre ambos casos sería el médium cubano-mexicano Jorge Berroa del Río, con quien he tenido múltiples y muy profundos contactos a través de los años. Tanto cuando él se encontraba aun en su cuerpo físico, como ya en “espíritu” después de aproximadamente un año de encierro, en preparación para dejar su cuerpo de manera voluntaria y consciente.
Y el principal de entre mis pocos amigos cercanos con cuerpo. El Lic. Antonio Velasco Piña, mi muy querido y cercano Toño (Don Antonio), el testigo de Regina. Personaje avatar esta última que, aunque con un gran compromiso con el despertar espiritual planetario o por los mismo comprometido con los mundos espirituales y no con los ilusorios materiales, se retiró de esta dimensión por medio del sacrificio ritual realizado el 2 de Octubre de 1968, en Tlatelolco.
Sin embargo todos los que se fueron dejaron un profundo y valioso legado antes de irse. Jacobo tras de sí dejó 46 libros donde plasmó sus investigaciones, reflexiones, encuentros y enseñanzas asociadas a las mujeres y hombres de conocimiento. Los chamanes de México y del Tíbet. Berroa dejó numerosos médiums formados durante los muchos años en que transmitió sus enseñanzas a grupos, parte del motivo por lo cual fue traído a México y Regina dejó numerosas semillas en los grupos femeninos de mexicanidad. Lo anterior solo por mencionar una muy pequeña parte, lo más “tangible”.
 
Los niveles de dualidad - YO, no YO -
Salvo muy honrosas excepciones de casos de seres con muy elevado nivel de conciencia, tan pronto nacemos y despertamos (o más bien nos vamos adormeciendo) en esta ilusoria realidad material comenzamos a olvidar nuestro contacto con EL TODO y empezamos a caer en dualidades de separación apoyadas por la forma pensamiento dominante o paradigma contemporáneo que busca “entender el mundo” privilegiando la parte masculina asociada al hemisferio izquierdo del cerebro. Analítico (fragmentante) que se guía con modelos racionales y temporales. A diferencia del holístico atemporal propio de los artistas y creativos en quienes predomina el hemisferio derecho vinculado a lo femenino atemporal.
Así surgen dos dualidades fundamentales que definirán la vida de los individuos. Los de pensamiento “científico-racional” y los “artistas”. Una dualidad a reconciliar y que puede llevar a dos niveles de locura básicos, en caso de que no se acompañen ambas en un verdadero desarrollo espiritual gradual a lo largo de las etapas de la vida. El científico ansioso de sobre salir y de poder justificado en el “todo sea por la el avance de la ciencia”. Insensible a las repercusiones de sus investigaciones y del sufrimiento de los seres o en el impacto sobre el planeta. O el financiero indiferente, ambicioso sin medida y capaz de manipular a su conveniencia el sistema, arrasando la riqueza y abundancia de los demás, etc.. O bien la locura de la excentricidad egoica del hemisferio derecho, avalada por un arte egoista, que realmente es pura vanidad egolatra de “el ser visto”. Un “Todo sea por el arte”, sin compromiso alguno el desarrollo espiritual de una comunidad, pueblo o nación y los valores trascendentes.
La ciencia y el arte sin consciencia, son ambas las ruina de la mujer y el hombre. Y más aún, no son verdaderamente ni Ciencia ni Arte.
Pero antes de aquellas expresiones últimas nos vamos encontrando niveles más elementales de dualidad durante nuestras etapas de integración con “la realidad”, hacia la unificación. El retorno a la unidad con EL TODO en un eterno ciclo hasta alcanzar la iluminación que disuelve la ilusoria rueda de las “reencarnaciones”, el Samsara.
En los primeros años, en la pre etapa de la formación de yo, existe una dualidad básica aunque muy inconsciente. La unidad “mi madre-yo” y todo lo demás. Esa dualidad empieza a extenderse a la vez que se continua desarrollando la dualidad del “Yo” (ego) en etapas sucesivas de 7 años, perfectamente identificados por la astrología, en los cuales la consciencia se va expandiendo. El viaje del “Yo” impulsivo de la limitada inconsciencia de Aries, hasta “EL TODO” omnipresente de Piscis, fusionado con el inconsciente colectivo.
Esas etapas del “Yo” van avanzando desde: Mi padre y los otros padres. Mis hermanos y yo. Mi familia y otras familias. Mis juguetes y posesiones y los de otros. Mi casa y otras. Mi calle  y otras calles. Mi colonia o vecindario y otros. Mi ciudad y otras ciudades. Mi país y otros países. Mi planeta y otros planetas. En cada nivel van surgiendo o pueden surgir conflictos de dualidad que realmente existe en nuestro interior y son producto de nuestros preconceptos como por ejemplo. El hijo favorito o consentido o el no querido. La familia feliz o infeliz, perfecta o disfuncional, rica o pobre. La ciudad modelo o la “dejada de la mano de Dios”, la abandonada. El país prospero y justo o el de los políticos corruptos y las diversas ideologías políticas internas. Derecha, izquierda, etc.. Posiciones enfrentadas que tanto entre individuos como entre naciones pueden llevar hasta la guerra si no existe el respeto, condición fundamental para la Paz. Hasta llegar a la dualidad planeta poco evolucionado y otros muy desarrollados e incluso esos mismos pensamientos podemos aplicarlos a otros Universos y dimensiones a medida que nuestra consciencia se expande por los multiversos. La última frontera, esta vida material ¿ilusión, realidad? o “el más allá”.
Igualmente la consciencia del tiempo poco a poco se va introduciendo, junto con la del espacio: Día, noche. Ayer, hoy y mañana. La próxima semana, el mes que viene. La siguiente navidad. Posteriormente, a medida que avanza la vida y la consciencia podemos empezara conceptualizar eventos en: Las décadas, los siglos y los milenios, etc.. Además, si durante la existencia de un ser humano se llega al nivel de conciencia suficiente integrando el hemisferio derecho (lo absurdo o literalmente lo no vinculado al hemisferio izquierdo o zurdo), es posible empezar a abrir otras memorias, de otros ciclos milenarios y más largos aun y nuestro vínculo con los mismos. Asociados con el planeta, otros planetas y hasta ciclos universales en si mismo. Los grandes ciclos solares y cósmicos. El  recuerdo trascendente empieza a aflorar.
Múltiples niveles de consciencia y de percepción generalmente inculcados o limitados según el caso, por intereses o factores aparentemente ajenos (externos) y que nos invitan a regresar a nosotros mismos recurriendo a reflexionar en la vieja y profunda fábula de aquella vaca que siempre veía más verde el pasto donde ella no estaba, en lugar de contentarse con lo que ya tenía, fuera lo que fuera que tuviera.
La gratitud por nuestra circunstancia de vida que nos permite integrar un aprendizaje. Una profundamente humilde actitud que sirve de antídoto para la mente ambiciosa y envidiosa. Clave que sirve de guía para el retorno al camino de la paz interna, la autorrealización y la felicidad en “el ahora” del presente eterno.
Regresando a la encrucijada, debido a los personajes y experiencias de mi vida, en mi realidad la misma se ha manifestado en las tres siguientes formas fundamentales.

Irse
Esta perspectiva tiene varios referentes para mi, siendo el principal Adaesuz. La introducción del mencionado texto de Jacobo titulado “La fuerza vital del cielo anterior” dice textual:
“He decidido retornar a mi Planeta de origen, cuésteme lo que me cueste, y este escrito es un intento por sanear mi memoria y entender mi propio desarrollo. Confío que a través de su elaboración encuentre la llave perdida: el secreto procedimiento que ha de liberarme de esta cárcel planetaria y de sus habitantes.”
Después del título anterior Jacobo escribiría, tres años antes de su propia desaparición el texto titulado “El Prototipo”, entre cuyos párrafos se encuentran los siguientes:
“… había intuido una posibilidad. Según las enseñanzas, el tiempo y el espacio se podían trascender.”  ...  Había allí una puerta dimensional a través de la cual recibiría respuestas a sus preguntas.” ... “a partir de su paso al "otro mundo". No moriría como el resto de los hombres sino que atravesaría la frontera entre los mundos consciente y voluntariamente. Su cuerpo desaparecería sin dejar rastro alguno ...”

Posteriormente escribiría el texto titulado “El sabor de la iluminación” y su último libro (número 46), llevaría por título “El YO como idea”.
La realidad de casi todas las personas incluida su familia, amigos y colaboradores  cercanos a Jacobo es que desde el 12 de Diciembre de 1994, ni se le volvió a ver, ni se supo más de él.
Yo por mi parte tan solo puedo dar constancia de que esos portales dimensionales, de los que hablan los Q’ero, Jacobo y muchas otras tradiciones del planeta, a través de los cuales es posible acceder a otras dimensiones y trasladarse más allá del espacio-tiempo común, realmente existen.
Aunado al personaje anterior, por intermediación de Berroa me ha sido revelado igualmente un profundo vínculo con la tecnología piramidal asociada al contacto con otras dimensiones sobre el cual la propia Regina tenía un muy profundo conocimiento. Temas ambos, portales y pirámides, con los cuales comparto profundos vínculos, aun cuando muy poco alcanzo a comprender.
Según su testigo, Regina se retiraría de esta dimensión por medio de un sacrificio ritual realizado el 2 de Octubre en Tlatelolco, por el despertar de ME XHIC CO. Y el médium cubano Jorge Berroa del Río se prepararía durante un año para dejar su cuerpo de manera voluntaria y consciente. 
¿acaso todos los anteriores personajes continúan entre nosotros de alguna manera?

Quedarse, una prueba de amor incondicional
Esta perspectiva está asociada fundamentalmente con mi gran amigo Antonio Velasco Piña, el testigo de Regina y su vínculo con el Tíbet.
Dentro de la tradición budista es ampliamente conocido el hecho de que su santidad el Dalai Lama, uno de los máximos dirigentes espirituales del Tibet es la reencarnación sucesiva de Avalokiteshvara “Señor que mira hacia abajo”, bodhisattva de la compasión. Uno de los bodhisattvas más ampliamente venerado en la corriente principal el budismo mahāyāna, así como en forma no oficial en el theravāda.
Tenzin Gyatso, su decimocuarta manifestación en este plano y en este ciclo, ha expresado “Mientras existan los seres sensibles, yo estaré aquí para servirles”.
 
Irse y a la vez quedarse
Esta perspectiva está vinculada tanto a la religión bajo la cual fui educado de niño, la católica y muchas décadas después a mi encuentro con el texto titulado “Un curso de milagros”, después de transitar diversos caminos espirituales, por los cuales tengo profundo respeto.
Es desde esa misma consciencia de Unidad que seres como Jesús, el Cristo permanecen intercediendo por la evolución espiritual de la humanidad. Más allá de la carne, en el espíritu, a través del misterio de la resurrección. Con él los grandes místicos y santos de todas las tradiciones planetarias de todos los tiempos. Ejemplos todos de amor incondicional y fraternidad en busca de la Paz Universal.
Uno de tantos ejemplos concretos de aquellos seres denominados santos cuyo muy elevado nivel de consciencia sobre la ilusión de esta realidad les permite volverse ubicuos (omnipresentes, aunque no como una búsqueda en sí misma de poderes psíquicos, sino como resultado natural de su elevación espiritual) sería Katharine Drexel a quien me siento obligado a mencionar dada mi propia experiencia de encuentro con ella.
Ante las anteriores reflexiones surge una pregunta fundamental ¿Que es la realidad?